Es bastante frecuente escuchar en nuestra vida cotidiana que debemos evitar como madres cargar a nuestros bebés en brazos porque se “malacostumbran” al hábito y luego no tenemos forma de lograr que se manejen independientemente de nosotras. Lo cierto es que, según muchísimos expertos en psicología, esto es tan solo un mito y llevar a los bebés en brazos no solo no los perjudica sino que además tiene muchísimos beneficios para el pequeño. En el artículo de hoy te contamos por qué deberías llevar a tu bebé en brazos sin preocuparte por la cantidad de tiempo que le dedicas a esta hermosa forma de vincularte con tu hijo.
¿Por qué es bueno tener a los bebés en brazos?
Como les contamos al comenzar el artículo, todos conocemos el mito que dice que es malo llevar a los pequeños durante mucho tiempo en brazos ya que provoca un mal hábito de acostumbramiento: según miles de expertos, este dato no solo sería erróneo sino que cargar a un bebé generaría todo lo contrario, resultando beneficioso para el niño.
Cuando un bebé llora automáticamente sentimos la necesidad natural de cargarlo en brazos pero como consecuencia del mito acerca del mal acostumbramiento muchas mamás se contienen de hacerlo. Las nuevas corrientes psicológicas van un poco más allá y creen que los pequeños, además de no malacostumbrarse, necesitan ser cargados en brazos sobre todo cuando lloran. Según los especialistas esto tiene una razón científica y consiste en que los bebés luego de nacer entran en una etapa de “exterogestación”, por lo que necesitan acostumbrarse al nuevo ambiente de apoco, y ser contenidos en un sitio cómodo y calentito como los brazos de mamá es una excelente manera de transición.
Los peligros de dejar llorar a los bebés
La solución para evitar el malacostumbramiento de los niños por culpa del mito que circuló durante muchos años sobre cargarlos en brazos era simplemente dejarlos llorar hasta que se calmaran por su propia cuenta. Según últimos estudios psicológicos, dejar llorar a un bebé cuando pide ser tomado en brazos puede llegar a provocar algunas de estas cosas:
Pérdida de confianza. Si dejamos al bebé llorar cuando pide atención en vez de tomarlo en brazos es muy probable que el pequeño pierda confianza en su mamá y su papá. Se le suma a esto una desconfianza hacia su entorno en general.
Ansiedad. Si no le prestamos atención al bebé cuando la necesita, sobre todo en sus primeros meses de vida, tendremos un pequeño con muchísimo estrés, nerviosismo y excitación innecesaria a tan temprana edad.
Autonomía excesiva. Por culpa de la desconfianza que se crea por la falta de atención en el momento indicado, tendremos un bebé mucho más individualista que preferirá estar solo.
Autoestima baja. No hay nada más gratificante para un pequeño que un abrazo de alguno de sus padres. Cuando esto falta se desencadena la inseguridad lo que lleva directamente a una falta de confianza en sí mismo.